La historia del Archivo municipal de Nuevo Laredo ha estado ligada al devenir de las circunstancias que como pueblo fronterizo ha tenido que vivir. Las disposiciones del Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848 obligaron a la villa original a dividirse en dos. Así los casi cien años de historia transcurridos desde la fundación de la antigua villa de San Agustín de Laredo quedaron consignados en el acervo documental hasta entonces reunido, quedando éste en el Laredo texano, incluidos los registros que resguarda la iglesia de San Agustín. Por su parte Nuevo Laredo reiniciaría su historia como pueblo tamaulipeco.

Fue así como el acervo documental, acumulado durante poco más de seis décadas de vida de Nuevo Laredo, fue destruido. Superado este episodio se restableció la tranquilidad en la ciudad y con ello la vida pública se reactivó. Sin embargo no se cuenta con una evidencia que indique que el Archivo Municipal se haya restablecido. Una hipótesis nos llevaría a afirmar que los documentos generados por las administraciones municipales se conservaban en las propias oficinas de gobierno, pero no propiamente concentrados en un Archivo Municipal. Así lo demuestra el hecho de que para mediados de la década de los ochenta, la documentación se encontraba dispersa en distintas bodegas.

Una vez rescatada la documentación, se procedió a su depuración y catalogación, labor que fue posible gracias a la asesoría y dirección del personal del Archivo General de la Nación. Se integró un inventario y, tomando como base el manual de rescate y organización de los archivos municipales de Tamaulipas, se definieron secciones, siendo algunas de ellas: Actas de Cabildo, Presidencia, Secretaría, Oficialía Mayor, Tesorería, Bomberos, etc.  

La etapa del rescate e inventario del Archivo Municipal se inició en el mes de diciembre de 1987 y concluyó el 15 de octubre de 1988.

El Archivo General del Municipio cuenta con una hemeroteca que contiene material de los diarios locales desde 1990. También una fototeca con las imágenes del paisaje urbano del Nuevo Laredo de ayer y hoy, así como de personajes de la localidad; una planoteca cuyo contenido básico son los planos de distintas obras públicas realizadas en la ciudad. Existe también una selección de textos para consulta de la historia de la ciudad y la región.

En honor a quien fuera el primer historiador de Nuevo Laredo, el cabildo en pleno aprobó el 25 de septiembre de 2001, que el Archivo Municipal se llamara en lo sucesivo Archivo General del Municipio “Juan E. Richer”.

Hoy día el Archivo Histórico, como comunmente se le conoce, se ha consolidado como un referente en cuanto a historia y cultura en Nuevo Laredo. Los neolaredenses lo reconocen como el lugar donde se conserva la memoria histórica documental de la ciudad.